Gojira, Idles, Rubio, Vampire Weekend, Orphaned Land y más.
Hace unos meses, nuestro equipo se impuso una tarea titánica de realizar la difícil –y controversial– misión de elegir y rankear los 100 discos que pintaron los últimos diez años en el amplio espectro musical que Rockaxis viene cubriendo desde hace ya dos décadas, en donde sacrificamos la voz personal –en plena época de redes sociales donde la opinión propia pareciese la única que importara– al servicio de una comunión colectiva para una elección representativa. Bienvenidos a este resumen epocal.
El fin de la segunda década del siglo XXI trae, sin duda, diversas reflexiones en cuanto a cómo fue este periodo en relación a la producción discográfica en la música pop. Extraño análisis en una época donde, al parecer, el álbum, como concepto tanto artístico como de comercialización, parece estar en retroceso dando paso a la vuelta, en gloria a majestad, al single, el formato original de presentación y distribución de la música popular desde que esta comenzó a grabarse. Todo es cíclico.
De igual manera, creemos que los últimos fueron años de descubrimientos y de promesas independientes, tanto a nivel nacional como foráneo. De consolidaciones, de la arremetida de talentosas mujeres compositoras, de veteranos músicos que nos siguen sorprendiendo. Y si bien lo que presentamos es un ranking, no vamos a decir que las siguientes líneas reflejan lo mejor de la pasada década – seguramente sería más cómodo, más polémico y más atractivo hacerlo – sino, más bien, las canciones que pintaron con descaro y sin miedo, el espíritu de su tiempo.
Escriben en este especial: Juan Pablo Andrews (J.P.A.), Pablo Cerda (P.C.), Bastián Fernández (B.F.), Emilio Garrido (E.G.), Felipe Godoy (F.G.), Luciano González (L.G.), Jean Parraguez (J.P.), Cristofer Rodríguez (C.R.), Fernanda Schell (F.S.) y César Tudela (C.T.).
En este primer capítulo revisaremos desde el puesto 100 al 81.
100. "Svpremacy" (Recrucide, 2014)
Momentos de locura técnica, aparente calma y brutalidad frontal dan forma al tercer trabajo de los chilenos Recrucide, y que logra superar a sus antecesores con creces. Las bases del death metal siempre están ahí, pero aquí se logra matizarlas prolíficamente, variando de intensidad conforme avanza el álbum, pero siempre con composiciones creativas y efectivas, así como también con letras que expresan asuntos que caen como anillo al dedo a algo tan lleno de furia. (L.G.)
99. "Magma" (Gojira, 2016)
Los franceses se convirtieron en una de las bandas más importantes del metal contemporáneo durante la década del 2010 y “Magma”, su último disco hasta el momento, produjo un cataclismo de gran magnitud que no dejó indiferente a nadie. Inspirados en el deceso de su madre, los hermanos Duplantier materializaron sus sentimientos en canciones más lentas y con mucho groove, perfectas para ampliar su público y dejar una huella imborrable. Obra de arte por donde se le mire. (P.C.)
98. "Las torres de sal" (Nano Stern, 2011)
Stern resignifica bajo un sentido cosmopolita tradiciones como de la décima campesina (‘Décimas a la Viola’) y la mitología mapuche (‘Lágrimas de oro y plata’) con elementos doctos sutilmente incorporados (‘La puta esperanza’). El cantautor confirmó su oficio de compositor folk y reputación de ser uno de los arreglistas más virtuosos de su generación, anclando su lenguaje en la corriente del folclore de fusión. Eso fue Las torres de sal, posiblemente, el mejor ejemplo publicado en los últimos 10 años de música de raíz de exportación. (C.R.)
97. "Modern Vampires of the City" (Vampire Weekend, 2013)
Hubo un momento durante la década en que se creyó que realmente las bandas indies dominarían el mundo y sería el fin de los sellos gigantes. Uno de los responsables de que se pensara esto fue Vampire Weekend, cuando arremetieron con su álbum más maduro hasta esa fecha, tanto en sonido como en estética y letras. Ezra Koenig decidió desnudar sus miedos y dudas frente a lo que significa ser adulto. Cuando sientes que la fiesta aún no ha terminado del todo, pero debes comenzar a aceptar que no todo es desenfreno y que la vida es más de un sutil gris, que blanco o negro. (B.F.)
96. "Baila Dios" (Ángelo Pierattini, 2014)
En casi 28 minutos, Angelo Pierattini produce una descarga balanceada entre lo rockero y lo accesible, gracias a un registro inspiradísimo, fluyendo con libertad entre notables colaboraciones con Paco Mastuerzo, Alain Johannes y Juan Sativo, además de la incorporación en el bajo de Marcelo da Venezia. Son nueve canciones que entran de lleno en la cabeza del auditor, directo en sus letras y juguetón en lo musical. Cada disco solista de Pierattini es distinto, y “Baila Dios” es otro viaje sumamente interesante, una vía de expresión de guitarras fuertes y también calmadas, con un artista integral que va de frente sin temerle al qué dirán. Un caleidoscopio musical de colores vivos. (P.C.)
95. "High Violet" (The National, 2010)
La tarea no era fácil. “Alligator” (2005) y “Boxer” (2007) elevaron las acciones de The National a las nubes. Ya instalados en la primera plana del indie estadounidense, las responsabilidades en torno a “High Violet” fueron cubiertas con un manto de melancolía. ‘Sorrow’ y ‘Afraid of everyone’ denotan el estudio que Matt Berninger ha hecho de los pasadizos más sombríos. Junto a sus compañeros, enfrenta la oscuridad con energía más encauzada (‘Terrible Love’). ‘Bloodbuzz Ohio’ asoma como el hit en una obra que sirvió de bisagra para los formados en Cincinnati, cerrando una puerta y abriendo otra. (J.P.)
94. "Dialéctica negativa" (Asamblea Internacional del Fuego, 2016)
Pasó una larga década sin escuchar nuevas canciones de este, uno de los secretos mejor guardados del under capitalino. Pensado en la urgencia de los tiempos, “Dialéctica negativa” llama a una catarsis colectiva, en que todos nos veamos las heridas y yerros, una invitación a no olvidar el pasado y a los que murieron por sus/nuestras causas (‘El sonido de los helicópteros’, magistral), y el repudio a la indolencia (‘Cúbito / Radio’). Con un sonido aplastante, que remueve corazón y espíritu, acompañado de palabras que solo reconocen la verdad, Asamblea Internacional del Fuego entregó un disco macizo y conmovedor. (J.P.)
93. "Pez" (Rubio, 2018)
Comparar a Rubio con Miss Garrison solo por el hecho de tener el mismo hilo protagónico es un error. En “Pez”, Fran Straube demostró su inquietud y su buen olfato para enhebrar melodías, con el beat y las percusiones como aliados rítmicos y la tecnología sirviendo de vehículo de expresión. Ambient, trip hop y la presencia invitada de Carlos Cabezas y Gianluca –pasado y presente– coronan una obra que fue, con toda justicia, una de las revelaciones discográficas chilenas en el 2018. (J.P.)
92. "All Is One" (Orphaned Land, 2013)
En lugar de basarse en temáticas siniestras o brutales, Orphaned Land prefirió irse por un camino que llama más a la unidad y la paz, pero no por ello perdiendo peso musical. Esta entrega es testimonio de ello, llegando a un nivel compositivo como nunca antes visto en su carrera, uniendo aspectos característicos del metal, como pesadas guitarras y baterías, con sonidos tradicionales de su herencia israelita. Lo mejor de dos mundos. (L.G.)
91. "Delusional" (BBS Paranoicos, 2018)
Lanzar un buen disco de rock en un momento en que toda la industria parece dejar atrás el estilo de las guitarras afiladas para prestar atención a fenómenos más actuales, es doble mérito. Pero para una banda como BBS Paranoicos no es más que la historia de su vida. Una vida de resistencia que encuentra en “Delusional” un álbum perfectamente equilibrado entre el sonido machacante del punk melódico del grupo y algunos de sus mejores estribillos de estadio, como ‘Sanatorio’, nuevo clásico del rock callejero chileno. La guinda de la torta luego de su graduación en el Teatro Caupolicán el 2016. (C.R.)
90. "Gabriel" (Matorral)
En apariencia, la metamorfosis de Matorral respondía a una cuestión de ponderación de volúmenes, reduciendo la estridencia y ambientando escenas más íntimas, en comparación al rocanrol vintage de comienzos de su carrera. Pero en “Gabriel”, el ímpetu creativo avanza varios pasos, incluso, hacia la deconstrucción de la forma canción, omitiendo estribillos, descomponiendo las nociones de riff y pulso, y reemplazando el protagonismo de los timbres instrumentales convencionales por otros menos usuales (como trompetas y frecuencias eléctricas), como en ‘Boleta de cambio’, una de las canciones chilenas de la década y que prescinde completamente de guitarras. (C.R.)
89. "Paraíso" (Adelaida, 2017)
“Paraíso” es un compendio de consistencia y coherencia. Aplaudidos desde “Monolito” (2014), el grupo formado en Valparaíso lanzó su tercer trabajo en el que amalgaman su preferencia por el rock alternativo de Nirvana y Pixies con el dream pop en una joya total como ‘1999’, atacan seguros con ‘Algo en mí’ y ‘Huracán’, reflejando un progreso de Jurel Sónico, Naty Lane y Lele Holzapfel en el estudio, reflejando un dominio más amplio en sus posibilidades. Las canciones reflejan una sensación inequívoca: “Paraíso” es un paso adelante. Uno muy grande. (J.P.)
88. "Joy as an Act of Resistance" (IDLES, 2018)
Una fuerte y ruda bofeteada al machismo, la masculinidad tóxica y una declaración de por qué el feminismo también debe ser relevante para los hombres. Idles no reinventa al punk, pero si lo actualiza su discurso contracultural en 12 enérgicas canciones. Cada nota, está puesta en su justa medida y la batería es descomunal, al punto que llegas a preguntarte ¿cuántas baquetas se rompieron al grabarlo? “Joy as an Act of Resistance” es la muestra que el punk no está muerto y en esto tiempos es más que necesario. (B.F.)
87. "Hesitation Marks" (Nine Inch Nails, 2013)
Luego del propio zeitgeist propuesto por NIN en “Year Zero” (2007), para luego volcarse en su primer intento de ambientación proto-cinematográfica con “Ghost I-IV” y tratar de encajar todo eso en “The Slip” (ambos del 2008), Trent Reznor tardó un lustro para reaparecer con su bestia más querida. En medio, no dejó de crear: potenció su alianza creativa con Atticus Ross –logrando hasta un Oscar–, la que finalmente volcó en este álbum que aborda sus lúgubres ideas distópicas pero desde la adultez, conjugándolas con un techno-post-industrial. Un disco que simboliza la ira contenida –y bailable– de quien caminó sobre el abismo y sobrevivió para contarlo. (C.T.)
86. "Lance" (Niños del Cerro, 2018)
¿Qué pasaría si Animal Collective y Los Jaivas se hubieran funcionado? La respuesta está en “Lance”, un álbum de raíces andinas que coquetea constantemente con las guitarras cargadas a los efectos atmosféricos. El álbum es una travesía por las inseguridades, miedos e incertidumbre que representa ser adulto a las que no se puede eludir y por las que todos debemos pasar. Parecía casi imposible hacer algo que mejor que “Nonato Coo”, pero Niños del Cerro pasaron con éxito el desafío del segundo disco y parecen estar destinados a ser la gran banda de su generación. (B.F.)
85. "Resistance" (The Ganjas, 2011)
La psicodelia exquisita de The Ganjas dio una gran sorpresa a principios de la década con un disco más pesado. La producción, mezcla y grabación corrió por cuenta del sempiterno Jack Endino, quien supo leer de manera exacta el tono noventero que los chilenos querían darle a su trabajo. Los pasajes oníricos de nebulosa distorsión creados por Pablo Giadach, Aldo Benincasa, Pape Astaburuaga y Sam Maquieira convirtieron a “Resistance” en toda una experiencia sensorial de emociones al límite, haciéndole total justicia a su buena reputación tanto nacional como internacional. (P.C.)
84. "The Blue Hour" (Suede, 2018)
Qué bien le hizo regresar a Suede. “The Blue Hour” es el tercer título de los ingleses desde aquel hito y sin dudas es el mejor de este período. Oscuro y dramático, Brett Anderson traza con su pluma historias de dolor, de heridas que no han sanado del todo (‘Don’t be afraid if nobody loves you’, ‘Cold hands’). La guitarra de Richard Oakes, lo sabemos, nunca hará olvidar a Bernard Butler, pero su ADN está más que incrustado en el quinteto. Brillante, pesado y solitario. (J.P.)
83. "Juventud americana" (Ases Falsos, 2012)
Lo nuevo que podía ofrecer la banda que surgió de la reconversión de Fother Muckers concitó la atención del medio, pero aún más de los fanáticos que, dato para la causa, se duplicaron tras el lanzamiento. La desobediencia y disconformidad con el sistema y sus contradicciones son el núcleo temático del disco, que a la luz de nuestros días puede leerse como uno de los que mejor adelantó el estallido social, con canciones como ‘Fuerza especial’, ‘Pacífico’ y ‘La sinceridad del cosmos’, que miraban tanto al rock de Los Prisioneros y Café Tacvba, como el pop de Álvaro Torres y Juan Gabriel. (C.R.)
82. "Transgender Dysphoria Blues" (Against Me!, 2014)
“Transgender Dysphoria Blues” es la historia de cómo Tom Gabel se descubrió como Laura Jane Grace. En el 2012, quien entonces era el líder de la agrupación estadounidense, reveló ser una persona transgénero, dejando su nombre de nacimiento, emergiendo con la identidad que siempre deseó tener. De eso trata este álbum, relatando el conflicto de saberse diferente y peleando contra el entorno misógino (‘Drinking with the jocks’), disparando su labia de liberación (‘Two coffins’, ‘Black me out’) en medio de ráfagas guitarreras. La revolución empieza en la cabeza. (J.P.)
81. "Bish Bosch" (Scott Walker, 2012)
Durante toda su carrera, la principal premisa de Scott Walker fue sorprender. Este factor no fue la excepción en su última placa en estudio, “Bish Bosch”, donde nuevamente apeló a los elementos de experimentación y avant-garde que tanto reconocimiento le entregaron entre una seguidilla de músicos contemporáneos. Porque el hombre nunca dejó la búsqueda de sonidos y propuestas, con obras impactantes como ‘See you don’t bump his head’ o ‘Corps de Blah’, donde utiliza su voz como un instrumento lleno de recursos y riqueza. (E.G.)